El Santo del día
23 de abril
San Jorge, Mártir
Diocleciano sonreía con delectación al ver la docilidad que mostraba Jorge camino al templo romano, pues ello suponía una aplastante victoria personal sobre los temibles y odiados cristianos, pero estaba equivocado de medio a medio. Al entrar en el santuario pagano, frente a la gigantesca estatua de Júpiter, Jorge proclamó que Jesucristo era el verdadero Dios y que los que estaban allí eran simplemente muñecos de yeso; en el acto, todas las efigies de los dioses se desmoronaron con estruendo sobre sus nichos. Entonces el emperador que se sintió burlado, montó en cólera y lo condenó a muerte.
Gracias a la influencia de su padre, un poderoso terrateniente de la ciudad de Lydia, Jorge, (nacido en Capadocia en el 280), pudo ingresar al ejército romano y por su aguda inteligencia y destreza física, fue promovido al rango de tribuno, a sus escasos 20 años –con mando sobre una legión–, lo que no pasó desapercibido para Diocleciano que lo introdujo en su estado mayor y al poco tiempo lo designó comandante de su guardia personal. En esas, el emperador promulgó un edicto mediante el cual autorizaba la persecución de los cristianos y a la par, exigía que sus soldados y oficiales declararan su filiación religiosa e hicieran sacrificios a los dioses en todos los templos del imperio. Jorge de Capadocia, al que su madre había educado como cristiano desde niño, se negó a abjurar de su fe y así lo proclamó ante el monarca. Entonces por orden del tirano lo sometieron a las más refinadas torturas: lo azotaron y pusieron hierros candentes en sus carnes, fue sumergido en un tonel de cal viva, luego en otro de plomo fundido y en uno más, lleno de clavos erizados, lo machacaron entre dos enormes piedras, le hicieron tomar veneno, lo ataron a una rueda dentada con garfios que arrancaban su piel y de todos estos lances, siempre salía indemne, porque sus heridas sanaban inmediatamente.
Como era lógico, tales prodigios aumentaron la popularidad de san Jorge y generaron un gigantesco aluvión de conversiones que amenazaba con engullirse el imperio; por eso, Diocleciano, –como último recurso–, le prometió honores, títulos y oro si iba con él hasta el templo romano –al que ladinamente se dejó conducir el mártir– y el emperador al verse ridiculizado ante el pueblo que se agolpaba en el recinto, ordenó su decapitación, que se ejecutó el 23 de abril del 303, luego de atar al santo a la cola de un caballo y arrastrarlo por toda la ciudad.
Un vez muerto san Jorge y canonizado en el 494 por el papa Gelasio I, se convirtió en el santo más popular de oriente y 800 años después, los cruzados se encomendaron a él y trajeron a occidente su devoción y sus milagros. Europa se rindió a sus pies y de la noche a la mañana se transformó en el santo más reconocido de la cristiandad, tanto que en su honor se instituyeron varias órdenes honoríficas de enorme prestigio entre las cuales la de la Jarretera –fundada por Eduardo III de Inglaterra en 1348 y que aún existe–; muchas ciudades y países lo proclamaron como su santo Patrono: Génova, Milán, Moscú, Florencia, Valencia y Barcelona; Rusia, Inglaterra, Portugal, Grecia, entre otros. Por eso hoy, 23 de abril, día de su festividad, encomendémonos a san Jorge para que nos enseñe a proclamar con valentía el nombre de Jesucristo, como Nuestro Señor y Salvador.
Oración San Jorge, Mártir
Oh San Jorge, valiente y poderoso mártir, protector de los débiles y defensor de la fe, te pedimos que nos cubras con tu escudo y nos guíes con tu espada. Que tu coraje y determinación nos inspiren en momentos de dificultad, y que tu intercesión ante Dios nos conceda la fortaleza para superar cualquier obstáculo. Oh San Jorge, tú que venciste al dragón, ayúdanos a vencer nuestros propios dragones interiores, y a luchar por la justicia y la verdad. Te pedimos que nos protejas en todo momento y que nos guíes por el camino de la luz y la esperanza. Amén.