Salmo 22, ¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?
Salmo 22, ¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado? Del maestro de coro. Sobre «la cierva de la aurora». Salmo. De David. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? ¡lejos de mi salvación la voz de mis rugidos! Dios mío, de día clamo, y no respondes, también de noche, no hay…