El Santo del día
13 de agosto
San Estanislao de Kostka
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Oración a San Estanislao de Kostka
«San Estanislao de Kostka, intercesor ante Dios, te ruego que me guíes y protejas en mi camino espiritual. Inspírame con tu humildad y entrega para seguir el camino de la fe con valentía y amor. Que tu ejemplo de pureza y dedicación al servicio divino sea mi guía en las pruebas y dificultades de la vida.
Amén.
Hacía rato el sol había salido cuando retornó de su juerga a la pensión y no encontró a su hermano Estanislao, quien descalzo y enfundado en un áspero sayal ya llevaba varias horas de camino rumbo a Alemania, adonde viajaba para entrevistarse con el superior provincial de los jesuitas de ese país, Pedro Canisio, con la intención de que lo admitiera en la Compañía de Jesús, porque los de Viena no querían recibirlo por miedo a que su padre, el senador polaco Juan de Kostka, tomara represalias contra ellos. Inmediatamente Pablo de Kostka salió en su búsqueda y aunque espoleaba su caballo no le daba alcance a pesar de que Estanislao de Kostka iba a pie; al cabo de algunas horas de agitada cabalgata, se encontró con un peregrino que sentado a la vera del camino descansaba y le describió al joven que buscaba, pero el caminante lo miró y guardó silencio; entonces el desesperado persecutor le clavó las espuelas a su caballo y siguió de largo. El andrajoso viajero se quitó el sombrero, se arrodilló, dio gracias a Dios porque, milagrosamente, su hermano no lo había reconocido, apretó el paso y tardó varias semanas en recorrer los 500 kilómetros que lo separaban de su anhelado sueño.
Estanislao de Kostka (nacido en Rostkowo, Polonia, el 28 de octubre de 1550), era hijo de uno de los nobles, poderoso y acaudalado de Polonia, quien –por razones obvias–, deseaba que sus vástagos siguieran sus pasos, pero preocupado por la introversión y la evidente devoción que Estanislao le profesaba a la Virgen y por el carácter pendenciero y rumbero de Pablo, optó por enviarlos a estudiar en el colegio jesuita de Viena, del que –por su afamado nivel académico–, seguramente saldrían preparados para acceder a los puestos más encumbrados de su país. Y todo funcionó bien mientras estuvieron en el internado de la compañía, pero cuando el emperador Maximiliano expropió el edificio, se acomodaron en una confortable pensión y mientras Pablo soltó las amarras y se dedicó a la parranda, Estanislao, se sumió en la oración, el ayuno y la penitencia espiritual y corporal, hasta que se enfermó gravemente y solicitó que fuera un confesor y le llevara la comunión, pero como el dueño de la posada era protestante se opuso rotundamente a la presencia de un sacerdote; en medio de su impotencia, Estanislao le pidió a la Santísima Virgen que lo asistiera y en efecto ella se le apareció, depositó al niño Jesús en sus brazos, luego le dijo que estaba aliviado y que ingresara a la Compañía de Jesús. Ahí fue cuando se fugó.
Una vez en Alemania, Pedro Canisio puso a prueba a Estanislao de Kostka y le asignó los trabajos más humildes del convento (lavar la ropa de los monjes, asear las instalaciones, servir la comida, lavar los platos) y una vez superada la prueba de manera admirable, lo envió a Roma en donde el superior general de la Compañía de Jesús, Francisco de Borja, lo aceptó sin dilación y emprendió su noviciado en 1567, con tal entusiasmo, piedad y unción que en las eucaristías el rostro de Estanislao de Kostka, emitía resplandores y luego de la Santa Comunión se sumía en profundos éxtasis que a menudo duraban horas.
A principios de agosto del año siguiente, Estanislao de Kostka le vaticinó a sus compañeros que moriría el día de la Asunción de la Virgen y muchos lo tomaron a broma, pero en efecto poco antes de esa celebración quedó postrado en cama a causa de una intensa y misteriosa fiebre, que lo fue minando y al amanecer del 15 de agosto de 1568, después de recibir la comunión y la extrema unción, dijo: “María ha venido por mí, para llevarme con Ella” y a continuación expiró, cuando apenas contaba 18 años. Fue canonizado por el papa Benedicto XIII, en 1726. Por eso hoy, 13 de agosto, día de su festividad, pidámosle a san Estanislao de Kostka que oriente a nuestros jóvenes para que escojan a Jesús como su mejor opción de vida.