Cuarto Domingo de Adviento: La Luz que Brilla en la Oscuridad
En el cuarto domingo, encendemos la última vela antes de la Navidad, la de la luz.
Experimentamos la anticipación de la llegada de la verdadera luz que disipa la oscuridad. Al encender estas cuatro velas, en el último domingo, pensamos en Ella, la Virgen, tu madre y nuestra madre.
Leamos el siguiente texto Bíblico de Isaías 9,2
«El pueblo que andaba en tinieblas vio una gran luz; sobre los que moraban en tierra de sombra de muerte, una luz resplandeció»
Reflexionemos sobre la promesa de la luz, sobre esa mujer que te espera, pues nadie te espera con más ansias, con más ternura y más amor que la Madre.
Te sembraste en Ella, como el grano de trigo se siembra en el surco. Y en sus brazos encontraste la cuna más hermosa. También nosotros queremos prepararnos así: en la fe, en el amor y en el trabajo de cada día. ¡Ven pronto, Señor! ¡Ven a salvarnos!
Propósito familiar: Durante la semana, nos confesamos para prepararnos al nacimiento de jesús, pensemos en las madres como pilares del hogar, no las dejes solas para está navidad.
Señor, que la luz de tu presencia ilumine nuestro camino y disipa cualquier oscuridad en nuestras vidas. Estamos listos para recibirte. Amén.
Por: Por Cristian Molina G