Santa Faustina Kowalska
la mensajera de la Divina Misericordia
«La misericordia de Dios es más grande que nuestros pecados.» Esta frase de Santa Faustina de Kowalska nos recuerda que incluso en nuestros momentos más oscuros, siempre podemos acudir a la misericordia infinita de Dios para encontrar consuelo y perdón.
En el pequeño pueblo polaco de Głogowiec, el 25 de agosto de 1905, nació Helena Kowalska, quien con el tiempo se convertiría en Santa Faustina Kowalska, una de las figuras más veneradas en la fe católica del siglo XX. Su vida estuvo marcada por una devoción inquebrantable y una profunda conexión con la espiritualidad, que la llevó a ser reconocida por sus visiones y sus mensajes de misericordia.
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Desde una edad temprana, Helena mostró una inclinación hacia la vida religiosa, y a los 20 años ingresó en la Congregación de las Hermanas de Nuestra Señora de la Misericordia en Varsovia. Fue en el convento donde adoptó el nombre de Sor Faustina. Durante su vida religiosa, afirmó haber tenido visiones de Jesús y la Virgen María, quienes le encomendaron la tarea de difundir el mensaje de la Divina Misericordia.
El mayor milagro asociado con Santa Faustina fue la promoción y la difusión del culto a la Divina Misericordia, una devoción que enseña la infinita misericordia de Dios hacia la humanidad, especialmente a través del Sacramento de la Reconciliación (Confesión) y la devoción a la imagen de Jesús Misericordioso. Faustina recibió instrucciones específicas de Jesús sobre cómo propagar este mensaje de amor y perdón, y escribió un diario detallando sus experiencias espirituales y las conversaciones con Jesús, que se convirtió en una lectura espiritual muy influyente.
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El mayor milagro asociado con Santa Faustina fue la promoción y la difusión del culto a la Divina Misericordia, una devoción que enseña la infinita misericordia de Dios hacia la humanidad, especialmente a través del Sacramento de la Reconciliación (Confesión) y la devoción a la imagen de Jesús Misericordioso. Faustina recibió instrucciones específicas de Jesús sobre cómo propagar este mensaje de amor y perdón, y escribió un diario detallando sus experiencias espirituales y las conversaciones con Jesús, que se convirtió en una lectura espiritual muy influyente.
La canonización de Santa Faustina Kowalska tuvo lugar el 30 de abril de 2000, durante el pontificado de San Juan Pablo II, quien era de origen polaco y tenía una devoción especial hacia ella. Esta canonización, junto con la institución de la Fiesta de la Divina Misericordia el primer domingo después de la Pascua, ayudó a popularizar aún más su legado entre los católicos de todo el mundo.
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El mayor legado que Santa Faustina dejó a la humanidad fue su mensaje de la Divina Misericordia, que invita a todos a confiar en la bondad y el amor infinito de Dios, sin importar cuán grandes sean nuestros pecados o debilidades. Este mensaje ha tocado los corazones de millones de personas, inspirándolas a buscar el perdón y la misericordia divina en sus propias vidas.
«Jesús, en Ti confío.» Esta simple oración, enseñada por Jesús a Santa Faustina, se ha convertido en un consigna para muchos fieles, recordándoles depositar su confianza en la misericordia de Dios en todo momento.
Por: Cristian Molina Gallego.