Visita del Papa Francisco al centro parroquial de Serafina, en uno de los barrios más pobres de Lisboa
![](https://televid.tv/wp-content/uploads/2023/08/serafina-jpeg.webp)
“No se desanimen y si se desaniman tomen un vaso de agua y sigan adelante”
El Papa Francisco visitó el centro de caridad Serafina, institución que comenzó su labor desde hace 45 años y ofrece servicios médicos y educativos, además de servir 1.200 comidas diarias. Y es que allí se encuentra uno de los barrios más pobres de Lisboa y fue donde el Santo Padre reitero que es necesario “ensuciarse las manos” y ayudar al más necesitado.
A Francisco lo recibieron con una ceremonia donde se apreciaban niños atendidos en este centro, pequeñitos llenos de ternura e inocencia en su mirada, el Santo Padre escuchaba muy atento algunos testimonios de las asociaciones que se encargan de acoger a pequeños abandonados y menores con cáncer.
Dijo Francisco “no debemos dejarnos definir por la enfermedad o por los problemas, porque no somos una enfermedad o un problema. Cada uno de nosotros es un regalo, un don único, con sus límites, un don valioso y sagrado para Dios, para la comunidad cristiana y para la comunidad humana”
“Son muchas las cosas que quisiera decirles ahora pero resulta que no me funcionan los reflectores” de inmediato se escucharon risas con algunos aplausos y fue en este instante donde comenzó a improvisar.
![](https://televid.tv/wp-content/uploads/2023/08/SERAFINA-2-1024x683.webp)
Recalco del amor “que se ensucia las manos” “El amor que yo siento por todos los de aquí, el que siento hacia los demás ¿es concreto o abstracto? Cuando le doy la mano a una persona necesitada, a un enfermo, a un marginado, después de dar la mano ¿hago así enseguida para que no me contagie? ¿le tengo asco a la pobreza, a la pobreza de los demás ,busco siempre la vida destilada, esa que existe en mi fantasía , pero no existe en la realidad?”
Finalmente destacó el trabajo de estas personas que prestan el servicio en la institución “son de inspiración” y “sí que dejan huella “y les pidió que “nunca se desanimen y si se desaniman tomen un vaso de agua y sigan adelante”
El Papa hizo un recorrido donde los niños le cantaban, le sonreían y lo vitoreaban con sus tiernas voces, también se encontró con sus pares, ancianos en sillas de rueda. El Santo Padre extendía su mano y una vez más lo vemos como un gran peregrino de la vida, la paz y el amor.