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Una madre no se cansa de esperar
Qué verdad tan completa se expresa en esta frase del canto mariano que con frecuencia hacemos en honor a María, verdad, que igual podemos trasladar a toda mujer y a toda forma de maternidad: Una madre no se cansa de esperar. Con cuánto anhelo se espera al hijo y con cuánta dedicación se esmeran las madres en su cuidado. Una madre no sabe de horarios, esta siempre disponible para los suyos. Tal vez el mejor relato que lo revela es el texto de la mujer de los proverbios….
Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?
Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.
El corazón de su marido está en ella confiado,
Y no carecerá de ganancias.
Le da ella bien y no mal
Todos los días de su vida.
Busca lana y lino,
Y con voluntad trabaja con sus manos.
Es como nave de mercader;
Trae su pan de lejos.
Se levanta aun de noche
Y da comida a su familia
Y ración a sus criadas.
Considera la heredad, y la compra,
Y planta viña del fruto de sus manos.
Ciñe de fuerza sus lomos,
Y esfuerza sus brazos.
Ve que van bien sus negocios;
Su lámpara no se apaga de noche.
Aplica su mano al huso,
Y sus manos a la rueca.
Alarga su mano al pobre,
Y extiende sus manos al menesteroso.
No tiene temor de la nieve por su familia,
Porque toda su familia está vestida de ropas dobles.
Ella se hace tapices;
De lino fino y púrpura es su vestido.
Su marido es conocido en las puertas,
Cuando se sienta con los ancianos de la tierra.
Hace telas, y vende,
Y da cintas al mercader.
Fuerza y honor son su vestidura;
Y se ríe de lo por venir.
Abre su boca con sabiduría,
Y la ley de clemencia está en su lengua.
Considera los caminos de su casa,
Y no come el pan de balde.
Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada;
Y su marido también la alaba:
Muchas mujeres hicieron el bien;
Mas tú sobrepasas a todas.
Engañosa es la gracia, y vana la hermosura;
La mujer que teme al Señor, esa será alabada.
Dadle del fruto de sus manos,
Y alábenla en las puertas sus hechos.
No quiere decir que la esfera del hogar sea exclusiva de la mujer o que su ámbito de acción este reservado sólo a las tareas domésticas, las cuales entendemos ahora de mejor manera, son un asunto del padre y de la madre y aún los hijos tienen mucho que aportar en las labores cotidianas de casa, pero es cierto que una madre representa el cuidado, el cobijo y el arropo. Su vientre es ya una característica de su ser. Custodias de la vida, que alimentan y sostienen con su propio cuerpo. Por eso, aunque como hijo te alejes del hogar, tomes la decisión de irte, de apartarte, cuando equivoques el camino que tus padres señalaban como virtuoso o conveniente, ella, tu mamá, seguirá esperando tu regreso, no se cansará de esperar, porque siempre confiara en ti. Es el sentimiento que mejor revela el ser de Dios, que como en la parábola del hijo pródigo, le espera en silencio, oteando desde lejos, el retorno del hijo amado. Vuelve a casa si estas lejos. Abrázala nuevamente, agradécele todo lo que ha hecho por ti y siente cómo su amor inmenso te cubre de besos, mientras la cena en la mesa estará servida.
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Por: Alejandro Morales