Seamos sembradores de paz
Desde siempre hemos deseado vivir en un país en paz; y es que nuestra amada Colombia históricamente ha estado acompañada del dolor y el sufrimiento que genera la violencia. Es importante reflexionar sobre la responsabilidad que cada uno de nosotros tiene en aportar a la paz de nuestra nación pues no sólo los gobernantes son los indicados para buscarla, también en nuestra cotidianidad podemos ser sembradores de paz.
En TU DULCE COMPAÑÍA conocimos el testimonio de una religiosa que se ha dedicado a contagiar el deseo y la posibilidad de ser parte de la solución a partir de nuestras acciones pacíficas: la Hermana Cecilia García, religiosa de la Compañía de María, quien lleva más de 25 años acompañando a niños y jóvenes que están inmersos en el conflicto armado a través de su Fundación Germen de Paz.
«La razón por la cual yo estoy dedicada a esto; y es el sentido que yo tengo de mi vida, es la pasión que yo siento por Jesús y por su causa. Esas palabras de Jesús : «Yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia».
A través de su fundación ha logrado ayudar a superar los traumas dejados por la violencia a cientos de niños y jóvenes que, de no ser por su intervención, habrían tenido un final muy triste en sus vidas.
«Me di cuenta, constaté, las tragedias que ellos tenían internamente, la situación de impotencia y la crudeza de su dolor humano. Entonces la vida en abundancia…¿dónde queda para ellos?; finalmente no es posible ni para ellos, ni para nosotros, ni para el país»
A través de su fundación la Hermana Cecilia ha realizado un trabajo arduo para educar generaciones que sepan manejar los desafíos que la convivencia con otros seres humanos implica; pues si bien las diferencias entre unos y otros es inevitable lo que sí es posible es aprender a solucionarlas de una forma pacífica.
«Hay que aceptar que siempre vamos a tener conflictos y la clave ahí está en la capacidad de escucha y propiciar esa capacidad en la familia. Después eso se va a transmitir a la democracia y la hará posible.»
La invitación es a que todos aprendamos de esta historia para que intentemos, al igual que ella, aportar a la paz de nuestra patria. Las pequeñas acciones desde nuestro hogar y nuestro lugar de trabajo pueden ser la semilla para que esa anhelada paz sea viable en nuestra amada Colombia.
Por: Olga Patricia Umaña Arroyave
Realizadora y presentadora Tele VID
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