Qué bueno eres mi Señor y mi Dios. He sentido tu compañía y tu amor durante todo este día. Gracias por darme el ánimo necesario para enfrentar los retos que se me presentaron. Ahora te pido, mi Dios, que nos bendigas y nos cuides a mí y a mi familia, guardándonos de todo mal en esta noche. Ayúdanos a descansar bien. Sigue dándonos salud y fuerzas para seguir adelante. En el nombre de Jesús, amén.