Espíritu Santo. Por favor, rodéame. Mantenme a salvo y seguro. Llena mi mente con tu verdad. Guía mis pensamientos y calma mis miedos. Señor, refrena mis emociones para que guíes mis sentimientos y no me dejes ser vencido por la ansiedad. Sostén mi alma con una visión de futuro y esperanza para el mañana. En el nombre de Jesús. Amén.