Orar es el alimento para el alma; es el momento sagrado en el que en silencio y soledad, buscamos una comunicación íntima con nuestro Dios.
La oración debería ser diaria, permanente en nuestra vida…pero a veces nos preguntamos: ¿habrá algún manual para que mi oración sea la adecuada?, ¿será que de la manera como lo hago mi Señor sí me estará escuchando? ¿por qué a veces oro y le suplico a Dios y no me concede lo que le pido?
Buscar un momento de silencio y soledad para entablar una conversación amena con Dios, como que ÉL fuera nuestro mejor amigo, es un buen paso para una oración gratificante y que nos llene de paz. Antes que nada, al momento de hacerlo, procuremos agradecerle tantas bendiciones que nos da diariamente. Luego seguramente vendrán las peticiones; pero NUNCA olvidemos en primer lugar alabarlo y ser gratos con ÉL.
Y aunque no hay fórmulas sí es cierto que hay muchas maneras de orar; la única certeza que podemos tener es que siempre seremos escuchados en nuestra oración. Descubramos cómo orar y las bendiciones que recibimos al hacerlo.
Por: Olga Patricia Umaña Arroyave