Indudablemente y así no seamos conscientes de ello, todos tenemos algo en lo que creemos y no me refiero a algo espiritual como profesar un tipo de fe. Nuestro sistema de creencias está determinado por nuestra familia, lo que aprendemos de ella cuando vemos la forma como actúan y se comunican entre ellos y con el resto del mundo. Para no alargar lo que quiero decir, me refiero a que las cosas NO son como son sino como nosotros las vemos; pero esa mirada de cómo vemos las cosas, depende en ocasiones, del lente que le pongamos, de las creencias que tenemos de acuerdo a lo que hemos escuchado y visto a lo largo de la vida. Las creencias se van construyendo desde la propia familia con expresiones como “Viajar es para los ricos”,  “No se case que eso es muy difícil” “Todos los hombres son iguales”, “No tenemos plata para eso”, etc.

Ser padres es una responsabilidad muy grande y no tanto porque debemos ser el sustento de nuestros hijos, sino porque somos la voz interior de esos hijos a medida que van creciendo y desarrollando su madurez; de ahí que debemos fortalecernos como padres y /o cuidadores; sin embargo, cuando ya hemos crecido, es importante revisar la forma de ver el mundo, las frases que se repiten en el día a día en la familia.