“La vida en Dios no es aburrida, es pura aventura”

Encuentro con los voluntarios de la Jornada Mundial de la Juventud Paseo Marítimo de Álges

Con el anuncio de la nueva sede de la JMJ para el 2027 culminó la Santa Misa en el Parque Tejo, este evento internacional se realizará en la ciudad de Seúl en Corea del Sur, un hecho a resaltar, pues Asia es uno de los continentes con menos número de católicos, sin embargo, en este país en específico el Catolicismo es una fe en ascenso, siendo el 11,3% con respecto a la población total, número que rondan más de 5 millones de adeptos, esto en datos de finales de 2022, según la Agencia Fides, que es el Órgano Informativo de las Obras Misionales Pontificias desde 1927.

 

A su llegada en el Paseo Marítimo de Álges el papa Francisco fue recibido con cánticos y alegría que se compaginaba perfectamente con el ambiente soleado en un lugar donde se suele tener espectáculos de toda clase, prácticas deportivas y demás actividades de esparcimiento, siendo este una de las explanadas más grandes de Lisboa. Este fue el último evento de la JMJ, que deja muchas reflexiones sobre la misión de la juventud en la actualidad, principalmente el no tener miedo, el peregrinar con el amor a todos los rincones posibles del mundo, pues en las manos de esos que tienen que armar lío, como lo dijo en encuentros anteriores el Papa, está el futuro, mejorado, de la Iglesia Católica.

Foto tomada de:Vatican Media

Recordemos también las palabras dichas en la Vigilia con los Jóvenes, cuando invitó a todos los asistentes a pensar en esas personas que nos llenan de alegría, y nos llamó a ser “raíces de alegría”, a ser seres proporcionadores de buenas nuevas para los que nos rodean, con ese mismo sentimiento estuvo dirigido este encuentro con los voluntarios, escuchando los testimonios de aquellos que con su alegría, esfuerzo, entrega y pasión hicieron posible cada uno de los eventos. 

 

“Dios nos ama como somos, no como quisiéramos ser, o como la sociedad quiere que seamos (…) estamos amortizados por el amor de Dios”, esto nos dice que hay lugar para cada uno de nosotros en esta institución que se ha tenido que renovar como las situaciones de la humanidad se lo ha demandado. El primer testimonio que dio su discurso en este evento fue el de una joven, Kiara, quien exaltó la forma en la que la religión ha guiado toda su vida, como ella lo llamó, “la fe compartida”, esa que te provee no solo de amigos sino de compañeros de camino, para encontrar esa luz a pesar de la oscuridad: “(…) y a pesar de los momentos de soledad, dura y añoranza, siempre había alguien que estaba ahí para mí, y que antes de que me diera cuenta de lo mal que estaba, cuidaba de mí, como en una familia, la Iglesia”.

Foto tomada de:Vatican Media

“La vida en Dios no es aburrida, es pura aventura”, esas son las palabras de la juventud que encontró en la preparación, realización y vivencia de esta jornada una experiencia de iluminación divina, donde la búsqueda del amor incondicional del Padre y el apoyo entre peregrinos son las bases que funda la religión de la acogida, del amor sincero, el Evangelio y la Palabra verdadera. En una segunda alocución, llena de animosidad y frenetismo dada por un joven, Francisco, estaban plasmadas las palabras de agradecimiento y sorpresa al encontrarse con todo el esfuerzo que necesario para crear este evento internacional, en unas palabras muy cotidianas se refirió a esta sensación de incertidumbre que causa el embarcarse a una aventura como es ser voluntario y con pocos años de experiencia en el mundo laboral como cuando uno sale de viaje y sabe que dejó en la casa la cama sin hacer, así de imprevisto fue para la vida de este joven el llamado a colaborar en una misión mucho más grande que él y que cualquier de nosotros. “Quiero ser santo”, esa es la conclusión de este voluntario, y que seguramente es la resolución de muchos asistentes, pues si no estamos en esta vida en la búsqueda de la santidad y el servicio ¿a qué vinimos?

 

En una tercera intervención, un joven llamado Felipe, le hizo saber al Papa que no solamente estaban involucrados los voluntarios inscritos en esta realización, pues, en palabras del joven, los mismos ancianos de las parroquias elevaron las oraciones más fervorosas para que todo saliera bien; los niños en las catequesis entendieron cuál es el fin último de la JMJ y ayudaron con la recolección de bienes para este. También reconoció que el objetivo de esta jornada, en consonancia con lo que el papa Francisco ha dicho en sus discursos, es el de no dejar solamente las cosas en este país, y llegar a la realidad a no aplicar el mensaje aquí captado, el reto está en propagar el mensaje divino, y no pasar por la vida desprevenido, “es una parroquia viva (…) viene el desafío de llegar a todos”.

Foto tomada de:Vatican Media

El cardenal y patriarca Manuel Clemente, como en eventos anteriores hizo también una entrada de agradecimiento, en donde se destacó el reconocimiento a los jóvenes por la entrega y el servicio, y al arzobispo auxiliar Américo Alves quien fue su mano derecha, recalcando una frase, que es particularmente bella: “las posibilidades son del tamaño de los corazones”, ¿de qué tamaño llegó y de qué tamaño sale el corazón de estos voluntarios, asistentes y feligreses que vivieron de una u otra forma esta jornada?, “(…) los voluntarios aquí presentes, nacionales e internacionales, son el rostro más expresivo de una juventud con la que la Iglesia y el mundo pueden contar, para rejuvenecerse también ellos, en redoblada comunión y solidaridad”.

 

En este encuentro evidenciamos el último discurso de Francisco, y como en los anteriores, se resalta “la alegría en el servicio”, mencionando que el servicio es una de las características más evidentes del amor, “el que ama corre a servir” y como lo dijo el pontífice, de forma silenciosa pero oportuna, los voluntarios corrieron con los ojos luminosos “por la alegría del servicio”, posibilitando así este encuentro mundial de la juventud. Y es que en los pequeños detalles está el amigo, el peregrino, el que está en la búsqueda del encuentro con el otro, el que vino para “servir y no para ser servido”.

Foto tomada de:Vatican Media
Por: Ana María Velásquez – Realizadora Tele VID

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