El poder del evangelio para reconstruir la sociedad
El Papa Francisco ante la comunidad religiosa en la ciudad de Dili, Timor Oriental.
Difundir el Evangelio, agregó, es un don recibido gratuitamente por todos los religiosos católicos y por ende es su deber cuidar,compartir y expandir ese perfume de Cristo contenido en en él «Primero, custodiar el perfume. Siempre necesitamos volver al origen, al origen del regalo, del don recibido. Custodiar el perfume. Siempre necesitamos volver al origen del don recibido, de nuestro ser cristianos, nuestro ser sacerdotes, religiosos o catequistas. Hemos acogido la misma vida de Dios por medio de Jesús, su Hijo, que murió por nosotros, nos dio el Espíritu Santo. Hemos sido ungidos —somos ungidos— con el óleo de la alegría y el apóstol Pablo escribe: Nosotros somos la fragancia de Cristo al servicio de Dios».
En su discurso el Sumo Pontífice también hizo énfasis en que cuidar ese perfume de Cristo va de la mano con preservar el aroma con el que Dios nos ha perfumado la vida y que nunca se nos olvide que todo lo que tenemos fue un regalo de Él: «recordando que el perfume no sirve para perfumarnos nosotros sino para ungir los pies de Cristo, anunciando el Evangelio, sirviendo a los pobres; significa vigilar sobre nosotros mismos, porque la mediocridad y la tibieza espiritual siempre están al acecho. Y me viene a la mente una cosa que el Cardenal De Lubac decía sobre la mediocridad y la mundanidad: Lo peor que puede suceder a las mujeres y a los hombres de Iglesia es caer en la mundanidad, en la mundanidad espiritual”.
Por: Olga Umaña – Realizadora y Presentadora
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