El poder del evangelio para reconstruir la sociedad

El Papa Francisco ante la comunidad religiosa en la ciudad de Dili, Timor Oriental.

Foto tomada de vatican.va
El Sumo Pontífice visitó la Catedral de la Inmaculada Concepción para reunirse con sacerdotes, obispos, consagrados, diáconos, seminaristas y catequistas a quienes invitó a seguir de cerca la Doctrina Cristiana y de ese modo fortalecer su fe. Afirmó que un país como Timor Oriental está en los confines del mundo y que justo por eso se encuentra en el centro del Evangelio:
 
«En el Evangelio, los confines son el centro y una Iglesia que no tiene capacidad de confines y que se esconde en el centro es una Iglesia muy enferma. En vez, cuando una Iglesia piensa afuera, envía misioneros, se mete en esos confines que son el centro, el centro de la Iglesia. Gracias por estar en los confines. Porque sabemos bien que en el corazón de Cristo las periferias de la existencia se encuentran en el centro.», aseguró el Papa Francisco.
Foto tomada de vatican.va

Difundir el Evangelio, agregó, es un don recibido gratuitamente por todos los religiosos católicos y por ende es su deber cuidar,compartir y expandir ese perfume de Cristo contenido en en él «Primero, custodiar el perfume. Siempre necesitamos volver al origen, al origen del regalo, del don recibido. Custodiar el perfume. Siempre necesitamos volver al origen del don recibido, de nuestro ser cristianos, nuestro ser sacerdotes, religiosos o catequistas. Hemos acogido la misma vida de Dios por medio de Jesús, su Hijo, que murió por nosotros, nos dio el Espíritu Santo. Hemos sido ungidos —somos ungidos— con el óleo de la alegría y el apóstol Pablo escribe: Nosotros somos la fragancia de Cristo al servicio de Dios».

En su discurso el Sumo Pontífice también hizo énfasis en que cuidar ese perfume de Cristo va de la mano con preservar el aroma con el que Dios nos ha perfumado la vida y que nunca se nos olvide que todo lo que tenemos fue un regalo de Él: «recordando que el perfume no sirve para perfumarnos nosotros sino para ungir los pies de Cristo, anunciando el Evangelio, sirviendo a los pobres; significa vigilar sobre nosotros mismos, porque la mediocridad y la tibieza espiritual siempre están al acecho. Y me viene a la mente una cosa que el Cardenal De Lubac decía sobre la mediocridad y la mundanidad: Lo peor que puede suceder a las mujeres y a los hombres de Iglesia es caer en la mundanidad, en la mundanidad espiritual”.

Foto tomada de vatican.va
Igualmente el Papa Francisco resaltó la importancia de trabajar cada día en su formación espiritual y teológica para así poder anunciar el Evangelio como debe ser pues esa misión es , justamente, el origen y la labor de la iglesia: «La Iglesia existe para evangelizar, y nosotros estamos llamados a llevar a los demás el dulce perfume de la vida, la vida nueva del Evangelio», afirmó.
 
Finalmente el Sumo Pontífice invitó a toda la comunidad religiosa presente a compartir el Evangelio con pasión y creatividad y a no dejarse llevar por las tentaciones del poder, la soberbia y la riqueza.
Por: Olga Umaña – Realizadora y Presentadora

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