¡Digámosle no al fanatismo religioso!
En Tu dulce compañía queremos poner como tema de reflexión el fanatismo religioso. Y es que debemos saber diferenciar claramente lo uno de lo otro. La fe es humildad al aceptar los designios de Dios, el fanatismo es intolerancia e inflexibilidad. El fanatismo nos vuelve ciegos hacia los pensamientos de los demás, mientras que la fe bien concebida y vivida derrama luz en la vida de nuestros hermanos. Una persona fanática en razón de su fe es cerrada e intolerante, mientras que una persona que vive sus creencias de una manera respetuosa es constructiva y pacífica.
(Puedes leer: Seamos siempre testimonio de Cristo a través de nuestras acciones)
En nombre de la fe, a lo largo de la historia de la humanidad, se han cometido crímenes innombrables. Hoy en día el extremismo religioso sigue causando guerras, muertos, pobreza y migraciones. Dios jamás ha querido que nuestras creencias espirituales generen discordia y división entre los creyentes. El respeto por la diferencia juega un papel fundamental; no debemos creernos dueños de la verdad absoluta pues en realidad la única certeza que tenemos es que existe un Dios verdadero que creó a este mundo y a los hombres para que habitáramos la tierra a conciencia y en fraternidad.
Vale la pena también reflexionar sobre la forma en que vivimos nuestra fe. ¿Acaso somos Cristianos solo de asistir a la Eucaristía y rezar permanentemente las oraciones de nuestra iglesia?; está muy bien y es necesario este aspecto con relación a nuestra fe… pero Nuestro Señor nos pide oración y acción en la misma medida, entendiendo la acción como la coherencia entre lo que profesamos y cómo actuamos; y cómo ayudamos a nuestros hermanos más necesitados.
Hoy es un día propicio que todos nos preguntemos… ¿de qué manera estamos asumiendo nuestra fe?
Por: Olga Umaña
Realizadora y presentadora Tele VID
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