Declaración final y clausura del Congreso
El Santo Padre comienza su discurso dando las gracias a los que participaron en su viaje apostólico, por “haber vivido intensamente estos días de intercambio, trabajo y compromiso con el signo del diálogo”
“El Omnipotente ha creado a todas las personas iguales, independientemente de su pertenencia religiosa, étnica o social, hemos acordado afirmar que el respeto mutuo y la comprensión deben ser considerados esenciales e imprescindibles en la enseñanza religiosa”
En su discurso hace alusión a la bandera de Kazajistán “así como el águila dorada, nos recuerda la autoridad terrena, el fondo azul evoca el color del cielo, la trascendencia. Por lo que hay un vínculo sano entre política y trascendencia, una sana coexistencia que conserve los ámbitos diferenciados.“
“El camino del diálogo interreligioso es un camino común de paz y por la paz, y como tal, es necesario y sin vuelta atrás. El diálogo interreligioso ya no es sólo una posibilidad, es un servicio urgente e insustituible para la humanidad, para alabanza y gloria del Creador de todos.”
Para concluir con el Congreso el Santo Padre destaca tres palabras: la paz, “comprométanse en favor de la paz, no en favor de las armas. Sólo sirviendo a la paz, el nombre de ustedes será grande en la historia.” La segunda palabra, la mujer “porque la mujer cuida y da vida al mundo, es camino hacia la paz.” y la tercera palabra, los jóvenes “son mensajeros de paz, la unidad de hoy y del mañana. Ellos son los que invocan la paz y el respeto por la casa común de la creación.”
“¡Vayamos adelante así, caminando juntos en la tierra como hijos del Cielo, tejedores de esperanza y artesanos de concordia, mensajeros de la paz y la unidad!”
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