Compartiendo en la Mesa de Jesús
Pentecostés es una invitación a la mesa. ¿Y por qué a la mesa? Porque en la mesa donde descubrimos lo que actúa Dios en nuestra vida, cuando dejamos el comedor, donde dejamos el altar, cuando dejamos el pan de vida, nos olvidamos las realidades que viven nuestro país, que de nuestro pueblo. Porque es observar que en el comedor podemos ver una mesa y observar qué falta dentro de la mesa.
Por eso hay necesario que volvamos a observar en el comedor la necesidad del pueblo. Hoy el Evangelio es una invitación primero para que abramos la vista. Dios no nos está juzgando. Al contrario, viene aquí no a criticar, a juzgarnos, sino más bien a pensar en cómo tenemos que mirar la mesa. Y en esa mesa había una cantidad de personas con necesidades, las mismas que tenemos.
Pero Dios en su misericordia está diciendo Abran sus ojos, no se cierren a sus capacidades. Por eso el don de Dios de la sabiduría es para que podamos discernir lo que tenemos que comprender. Por eso hoy te invito a que pensemos y trascendemos la mesa. La mesa no es para reprocharnos. Es para descubrir nuestra necesidad.