La Cuaresma es un período sagrado que precede a la celebración de la Pascua. Para los fieles, representa un tiempo de preparación espiritual, penitencia y renovación. Durante estos cuarenta días, los católicos son llamados a reflexionar sobre sus vidas, arrepentirse de sus pecados y renovar su relación con Dios y con los demás.

Hoy queremos proponerte estos pilares para vivir una cuaresma más cerca de Dios.

• La Oración: es el corazón de la vida espiritual durante la Cuaresma. Dedica tiempo cada día para estar en comunión con Dios a través de la oración personal y comunitaria. Busca momentos de silencio y contemplación para escuchar la voz de Dios en tu vida.
• El Ayuno y abstinencia: El ayuno y la abstinencia son prácticas tradicionales durante la Cuaresma que nos ayudan a disciplinar nuestros cuerpos y a centrarnos en lo espiritual. Practica el ayuno y abstinencia con algo que verdaderamente te guste mucho, haz que ese aliento que dejas de comer pueda llegar a manos de alguien que lo necesite y practica la  solidaridad con los más necesitados.

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• La Caridad: Cuaresma es un momento propicio para practicar la caridad y la generosidad hacia los demás, especialmente hacia los más vulnerables y necesitados. Busca oportunidades para ayudar a quienes sufren, ya sea a través de obras de servicio como la fundación Jesús, donaciones o simplemente ofreciendo tu tiempo y atención a quienes lo necesiten.
• Reflexión: Tómate tiempo para reflexionar sobre tu vida espiritual y examinar tu relación con Dios y con los demás. Identifica áreas en las que puedas crecer y mejorar, y haz un compromiso sincero de cambio y conversión.
• Participación en la liturgia: Durante la Cuaresma, participa activamente en las celebraciones litúrgicas de la Iglesia, especialmente en la Eucaristía y en el Sacramento de la Reconciliación. Estas son oportunidades preciosas para encontrarte con Dios y renovar tu compromiso con la fe.