El Papa Francisco, luego de un encuentro a puerta cerrada con sus hermanos jesuitas, se reunió con los obispos, sacerdotes, diáconos, personas consagradas, seminaristas y catequistas en la catedral de Nuestra Señora de la Asunción de Yakarta, principal lugar de culto católico en la capital indonesia.
Con cantos de bienvenida, el sumo pontífice fue acogido calurosamente por el cardenal Ignatius Suharyo Hardjoatmodjo, Presidente de la Conferencia Episcopal, quien se encontraba en compañía del párroco de la catedral. Asimismo, dos niños le ofrendaron flores para darle la bienvenida.
Durante la ceremonia, el Santo Padre bendijo la cruz que se le fue entregada como un don, así como el agua bendita utilizada para la aspersión, y extendió su bendición a las cerca de 400 personas presentes en el templo.
En su alocución oficial, el Santo Padre resaltó la importancia del lema de su viaje apostólico a Indonesia, destacó que la iglesia debe seguir su misión llena de fe, fraternidad y compasión. Además, afirmó que la compasión, lejos de ser una debilidad, es una fuerza que nos une y nos permite acompañar el sufrimiento del otro.
El Papa también afirmó que cada persona tiene un papel fundamental para hacer crecer el pueblo de Dios y que es necesario reconocerse iguales en la diversidad, abrazándola y haciendo de todos un solo corazón y una sola alma.
Por otra parte, el Presidente de la conferencia episcopal, agradeció a Dios y al Papa por visitarlos. Complementó diciendo que la presencia del Santo Padre es la fortaleza para vivir según los mandamientos de Dios y las enseñanzas de la iglesia, y poder así construir esa verdadera fraternidad que se manifiesta a través de una actitud de compasión, especialmente hacia los más marginados de la sociedad.