Ayudemos a los huérfanos de hoy en día
Hoy en día podemos hablar de varios tipos de orfandades: quienes en realidad han perdido a su padre, a su madre o a ambos; quienes por viudez se sienten huérfanos, quienes al no tener a Dios como eje central de su vida se convierten en huérfanos espirituales o quienes han sido tristemente abandonados por sus padres. En TU DULCE COMPAÑÍA queremos que cada uno de nosotros «apadrine» a alguno de estos huérfanos y viudas; que llene su corazón de misericordia y que como buenos Cristianos derramemos solidaridad y apoyo en quienes lo necesitan.
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Siempre es posible ayudar a las personas a quienes evidentemente les hace falta un apoyo económico, una sonrisa, un abrazo o una voz de aliento. Con relación a los niños son muchas las fundaciones e instituciones en las cuales podríamos ser voluntarios y regalar un poco de nuestro tiempo a tantos pequeños que necesitan sentir la cordialidad de los seres humanos. No olvidemos también que hay niños que aunque tengan a sus padres, estos no les dedican el tiempo suficiente y de alguna manera son pequeños que se educan solos; o que simplemente están a cargo de personas externas a sus familias. La invitación es a reorganizar las prioridades, a entender que si bien es necesario trabajar para ganar el pan de cada día, es más importante aún dedicar tiempo a las personas más importantes en la vida: nuestra familia… ¡Nuestros hijos!
(Mira esta conferencia del Padre Juan Jaime Escobar: La familia es el santuario del amor)
Y con relación a los huérfanos espirituales, sí que podemos hacer algo como Cristianos: mostrarles, a través de nuestro ejemplo de vida, el amor de Dios para que nunca más se vuelvan a sentir solos y perdidos durante su existencia.
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Por: Olga Umaña
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