Gracias, Señor, porque de día o de noche tú eres mi compañero fiel. Gracias porque tu nunca me abandonas. Puedo confiar plenamente en ti. Cúbreme con tu paz en esta noche y renueva mis fuerzas con un sueño restaurador. Mi Señor y mi Dios. En el nombre de Cristo Jesús. Amén.