Ceremonia de despedida en el Aeropuerto Internacional de Yuba
El Papa Bendice al Presidente de Sudán del Sur al despedirse de sus habitantes
Como Jesús, que prefería estar junto a los más frágiles, así el Papa Francisco se acercó a la República Democrática del Congo y a Sudán del Sur, queriendo emular al Señor en lo más profundo de su ser. Soñaba con este viaje, lo anhelaba con el corazón, porque sabía que el sufrimiento allí no daba espera.
Se despidió de Sudán, dejando una voz de esperanza luego de que en el año 2013 se desatara un conflicto desgarrador que ha dejado más de 4 millones de personas desplazadas al interior y exterior del País, Un número igual de niños afectados por la violencia que los condujo a la desnutrición extrema o al reclutamiento forzoso a los grupos étnicos en conflicto y miles de mujeres y hombres abusados y mutilados, en una espiral de maltrato que pareciera no tener fin.
Foto tomada de: Vatican Media
El Papa Francisco ya había levantado su voz decenas de veces para que el País buscara sin cansancio los caminos de la paz. Él mismo se arrodilló en el Vaticano a los pies del presidente del País Salva Kiir Mayardit, y del opositor Riek Macharel para que juntos construyeran un proceso de paz efectivo que condujera a Sudan del Sur a la reconciliación entre sus habitantes.
Foto tomada de: Vatican Media
Luego de bendecir al Presidente, el Papa dejó Sudan del Sur, dejando una estela de luz con el deseo que no se apague y que los compromisos, hasta entonces tenues de los líderes de la Nación, se conviertan en sólidos actos de bien que generen horizontes amplios de paz para todos.
Que el lamento se transforme en baile, la boca se llene de risas y la lengua de alabanzas, las expresiones más auténticas del pueblo africano.