Darle esperanza y consolación al mundo entero
Mensaje del Papa Francisco a Sacerdotes, Diáconos, Consagrados y Seminaristas en encuentro en la república democrática del Congo.
A todos ellos, reunidos en la Catedral Nuestra Señora del Congo de Kinsasa, el Papa Francisco los invitó a superar tres grandes retos: la comodidad mundana, la superficialidad y la mediocridad espiritual.
El Papa Francisco los exhortó a evitar caer en buscar la comodidad que ofrece el mundo, pues de esa manera se pierde el valor de ir tras los más necesitados, de acercarse a las comunidades como su vocación lo amerita. Sobre esto afirmó:
“Es triste cuando nos replegamos en nosotros mismos, convirtiéndonos en fríos burócratas del espíritu. Entonces, en vez de servir al Evangelio, nos preocupamos de gestionar las finanzas y de llevar adelante algún negocio que nos resulte ventajoso. Es escandaloso cuando esto sucede en la vida de un sacerdote o de un religioso, que, por el contrario, deberían ser modelos de sobriedad y de libertad interior”
Sobre la tentación de ser superficiales el Papa Francisco recordó a todos los religiosos y religiosas su obligación de estar actualizándose permanentemente en su formación teológica a la vez de estar al tanto de las necesidades puntuales del mundo actual y recordó que “la gente no necesita funcionarios de lo sagrado o profesionales distantes del pueblo”, necesita seres entregados por completo a evangelizar y a brindar amor a los más vulnerables.
Foto tomada de: Vatican Media
Otro de sus importantes mensajes del encuentro fue la necesidad de evitar a toda costa caer en la mediocridad espiritual; para ello el Sumo Pontífice le recordó a los asistentes la urgente necesidad de acercarse permanentemente a Dios a través de la oración. Asistir a la Santa Eucaristía, confesarse, hacer la Liturgia de las Horas fueron algunas de sus recomendaciones.
De igual manera el Papa Francisco destacó los grandes desafíos que tiene en particular la comunidad religiosa de la República Democrática del Congo por ser una región peligrosa y enmarcada en realidades muy difíciles. Los exhortó igualmente a servir al pueblo y a no servirse del pueblo; un mensaje sin duda alguna de suma importancia para toda la Iglesia Católica.