¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a vos! (repetir tres veces) ¡Oh María, sin pecado concebida, por tu inmensa bondad y tierna misericordia te pido por todos los enfermos que te invocan con confianza! ¡Oh Madre piadosa, a quien la Iglesia llama confiada ¡Salud de los enfermos! Aquí me arrodillo implorando tu poderosa intercesión. Lo que tantos afligidos obtenían por la palabra y los signos de tu Hijo Jesucristo, lo reciba este querido enfermo, a quien te encomiendo, mediante la aplicación de tu bendita Medalla. Que su eficacia, tantas veces probada y reconocida en todo el mundo, se manifieste una vez más: para que cuantos seamos testigos de este nuevo favor tuyo, podamos dar testimonio agradecidos y exclamar: ¡El Señor y la Medalla Milagrosa le han curado!
Confio en vis Santa Dulce Irma. Pongo en tus manos la salud de mis ojos. Como el devoto que sanaste. Para poder seguir sirviendo en esre mundo a mi familia y semejantes. Lo pido en nombre del Sr de la Misercordia