Señor Dios y Padre Nuestro, tú has hecho del hermano Héctor y de sus siete compañeros mártires, educadores de la niñez y de la juventud y testigos de la fe hasta dar la vida por ello. Te pedimos, por sus méritos y su intercesión que, fortalecidos por los dones del Espíritu Santo, proclamemos con fervor al Santo Evangelio. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén