No es nuevo, pero de pronto por éstos días golpea más, y es la sensación de perder la esperanza en el mundo…y en los humanos. Los jóvenes ya no quieren tener hijos, el miedo ronda por todos lados desde antes de la Pandemia pero aún más después de ella, el panorama mundial es desolador, las decisiones que no apoyan el respeto por la vida ni qué decir…
En medio de tanto caos, conocer un lugar que tiene el antídoto para tantos males es realmente gratificante; y poder trabajar en un medio de comunicación dedicado a evangelizar y, por ende, a transmitir serenidad es maravilloso.
Ese lugar al que me refiero es el CENTRO DE FE Y CULTURAS de Medellín, el cual visitamos la semana pasada en el programa TU DULCE COMPAÑÍA. Un espacio lleno de oportunidades para construir una mejor sociedad, para entender que la justicia, la paz y la equidad van de la mano.
Un recorderis para que los católicos no nos limitemos a leer la Biblia sino a actuar en consecuencia con lo que allí encontramos: ser misericordiosos, empáticos, justos y generosos.
Si usted es alguien que, al igual que yo, con tantas noticias nefastas comienza a sentir la tan temida y triste desesperanza en los seres humanos, lo invito a que se de una pasadita por ese lugar maravilloso y descubra que también en sus manos está la posibilidad de vivir en ese mundo que todos soñamos.
Por: Olga Patricia Umaña Arroyave