Este mes ha sido muy especial, hemos celebrado y honrado el poder femenino; lo denominamos “El mes de la mujer” honramos su ser y su valor. El Ser femenino es tan suave y a la vez tan delicado que probablemente sea indescriptible. Las historias, las personas que llegan como invitados a compartirnos su vida, su pensamiento y conocimiento, nos inspiran para poderles llegar día a día a nuestra audiencia con reflexiones que podrían motivar pequeños y por qué no, grandes cambios en sus vidas. Cuando hablamos de feminidad, como lo fue en el caso de nuestro programa del 7 de marzo, compartimos ideas como la “Sororidad” que traduce una alianza y hermandad entre mujeres y que tantas veces hemos expresado que ésta, la sororidad, no existe; que las mujeres son rivales entre ellas; pues en la práctica parece no ser así y al contrario se demuestra que cuando las mujeres creamos alianzas, somos más fuertes y más potentes para desarrollar nuestras metas y proyectos.
Reflexionar sobre emociones como el miedo, con el que muchas mujeres fueron criadas y adiestradas en la desconfianza y la sensación de minusvalía, nos ayuda a gestionar y comprender el por qué obtenemos resultados que no queremos tener en nuestras vidas y por qué a veces dejamos en manos de otros, nuestro poder de decisión. Entender que a fuerza de argumentos, de mucha paciencia y con el paso de los años, hemos obtenido un rol en nuestra sociedad que antes parecía inmerecido, pues quienes tenían voz y voto eran los hombres. Todas estas temáticas analizadas con una mirada femenina desde puntos opuestos pero con certeza que la mujer es quién acoge, quien nutre y quién equilibra; nos llevaron a obtener una ganancia compartida entre todos los actores de nuestra sociedad y nuestro mundo, cada vez más diverso.

Por: Tatiana Diaz Zapata