Seguimos en deuda con la donación de órganos

Los libros de historia indican que la idea de reemplazar partes del cuerpo enfermas o dañadas ha existido desde tiempos remotos. En los años 600 a de C. ya se usaban colgajos de piel para reemplazar narices faltantes. 

 

Aunque la evolución de la medicina ha permitido hacer trasplantes de la mayoría de los órganos y muy buena parte de tejidos, la cultura, los mitos y la cosmovisión en diferentes zonas se interpone a este acto altruista.

 

Los registros del Instituto Nacional de Salud indican que cerca del 90% de los trasplantes se realizaron para los estratos 1, 2 y 3. Riñón, hígado, corazón y pulmones siguen siendo los órganos más donados, mientras que la córnea, la piel y las partes óseas son los tejidos con mayores indicadores de donación. 

 

Esos datos parecen mostrar que todo fluye y que la donación es un éxito, pero la deuda en este tema sigue. Solo en Colombia la lista de personas a la espera de un órgano asciende a 4.000. Según el INS antes del covid-19 el promedio de trasplantes era de 1.200 por año, cifra que cayó en pandemia a 800 procedimientos anuales y que a la fecha aún cuesta recuperar. 

 

Los indicadores de la donación de Colombia están por debajo de otros países en latinoamérica, Europa y otros continentes. Expertos como el doctor Álvaro Quintero, cardiólogo y jefe del programa de trasplantes de la Clínica Cardio VID incitan en que los mitos urbanos no han permitido un aumento en el número de donantes.

 

El contraste de nuestra realidad es una normativa que parece no existir. Se trata  de la Ley 1805 de 2016 que desde su propuesta y sanción pretende atender la demanda de órganos de miles de personas en el país poniéndola como obligatoria. El problema es que la familia de quienes fallecen y sirven como donantes se oponen al cumplimiento de la ley del donante. La deuda sigue y la lista de espera no se mueve.

 

Revive aquí el programa de donación de órganos

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Por: Jair Orozco Quiroz

Realizador y presentador Tele VID

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