Regina Coeli

24 de Abril del 2022

El Papa Francisco en el segundo domingo de Pascua, habla acerca del apóstol Tomás, quien nos presenta cuando este no se encontraba en el cenáculo cuando el Señor se apareció. En nuestro caso sería cuando no tenemos señales físicas de Dios y comenzamos a cuestionarnos como este discípulo la resurrección de Jesús, entonces nosotros cuestionamos la existencia y amor de Él. Somos como Tomás, tenemos las mismas dudas. 

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Imagen extraída de la página oficial del Vaticano.

No debemos sentirnos malos cristianos por ello, Dios no busca cristianos perfectos, él no busca que siempre esté intacta nuestra fe ni que jamás dudemos. La fe como lo fue para Tomás, “está fecha de luces y sombras” expresa el Santo Obispo en su reflexión, hay momentos de consuelo, pero también de desconcierto. 

La Palabra muestra esto exactamente, la situación en la que el discípulo siente que su fe  está en crisis, pero esto no es un pecado, es el camino que busca fortalecer nuestro vínculo con Dios como lo menciona el Papa Francisco: “Queridos hermanos y hermanas, es mejor una fe imperfecta pero humilde, que siempre vuelve a Jesús, que una fe fuerte pero presuntuosa, que nos hace orgullosos y arrogantes.”

Dios siempre tiene los brazos abiertos para recibirnos, inclusive, nos hace el llamado de diferentes maneras para que volvamos a Él. Solo espera que lo busquemos y hasta que protestemos por su presencia. En Nuestro Señor solo hay misericordia y paciencia y quiere darnos esa oportunidad que necesitamos. Busquemos a Jesús en nuestras crisis, en nuestro cansancio, acerquémonos a su perdón. 

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