No debemos sentirnos malos cristianos por ello, Dios no busca cristianos perfectos, él no busca que siempre esté intacta nuestra fe ni que jamás dudemos. La fe como lo fue para Tomás, “está fecha de luces y sombras” expresa el Santo Obispo en su reflexión, hay momentos de consuelo, pero también de desconcierto.
La Palabra muestra esto exactamente, la situación en la que el discípulo siente que su fe está en crisis, pero esto no es un pecado, es el camino que busca fortalecer nuestro vínculo con Dios como lo menciona el Papa Francisco: “Queridos hermanos y hermanas, es mejor una fe imperfecta pero humilde, que siempre vuelve a Jesús, que una fe fuerte pero presuntuosa, que nos hace orgullosos y arrogantes.”
Dios siempre tiene los brazos abiertos para recibirnos, inclusive, nos hace el llamado de diferentes maneras para que volvamos a Él. Solo espera que lo busquemos y hasta que protestemos por su presencia. En Nuestro Señor solo hay misericordia y paciencia y quiere darnos esa oportunidad que necesitamos. Busquemos a Jesús en nuestras crisis, en nuestro cansancio, acerquémonos a su perdón.