Fueron casi 5 años de secuestro durante los cuales ésta valiente mujer tuvo que soportar torturas, humillaciones, dolores, hambre, calores extremos, el miedo permanente a ser asesinada y las condiciones más infrahumanas que una persona haya podido vivir. Sus captores , un grupo fundamentalista de África, fueron implacables con ella; una religiosa cuya labor era educar, evangelizar y sobre todo amar a niños y jóvenes de ese país con condiciones tan vulnerables.
Por: Olga Patricia Umaña Arroyave