Definitivamente todos anhelamos sanar alguna dolencia, ya sea física, mental, emocional y/o  espiritual. Estamos en este mundo que llegamos a habitar, justamente para experimentarnos como seres que entrelazan historias, algunas de ellas se cruzan con bastante dificultad; pues atravesar la vida entera o parte de ella con una enfermedad, con un duelo, con un rencor, hace más difícil ese meta de sanarnos.

Cuando traemos a nuestra conciencia el aprendizaje que obtuvimos cuando se nos narra en la biblia que Cristo primero perdonaba y luego absolvía y por tanto sanaba; entendemos que es por allí por donde debemos empezar. Nuestro amado Dios envió a su hijo para invitarnos a “Amar” a Dios mismo, a nosotros y a nuestro prójimo de igual manera.

El día 19 de septiembre en nuestro programa ¿Qué Pasa en Casa?, compartimos un espacio maravilloso de reflexión con el sacerdote Juan Diego Ruiz, quién nos explicaba que “Sanar” y “Salvar” podían tener la misma raíz, justamente porque así fue como Jesús nos enseñó que debía ser.  Tal vez esa posibilidad de sentirse vital, pleno y sano sea esa misma… Perdonar, perdonarse y curar a través de ese amor compasivo que nace de una decisión firme y convincente de soltar todo aquello que pesa en el alma para poder sentirse en salud y plenitud en el cuerpo físico y mental.