El deseo, la falta de la estrella.

Siguiendo con la catequesis sobre el discernimiento el Santo Padre habla en la audiencia general de este 12 de Octubre  de otro “ingrediente” indispensable para discernir y es el deseo, palabra que viene del latín de-sidus que literalmente traduce “la falta de la estrella”, falta de un “punto de referencia que orienta el camino de la vida… El deseo entonces es la brújula para entender dónde me encuentro y dónde estoy yendo, es la brújula para entender si estoy quieto o estoy caminando”.

El deseo puede ser el factor que defina la diferencia entre “un proyecto exitoso, coherente y duradero, y las mil ambiciones y los tantos buenos propósitos”  sin embargo el deseo es sinónimo de libertad de elección, aspecto que podría atrofiar el deseo. Actualmente “estamos bombardeados por miles de propuestas, proyectos, posibilidades, que corremos el riesgo de distraernos y no permitirnos valorar con calma lo que realmente queremos.”

“Muchas personas sufren porque no saben qué quieren hacer con su vida; probablemente nunca han tomado contacto con su deseo profundo, nunca han sabido: “¿Qué quieres de tu vida?” De aquí el riesgo de transcurrir la existencia entre intentos y expedientes de diversa índole, sin llegar nunca a ningún lado, o desperdiciando oportunidades valiosas.”