¡Oh Dios mío! Yo creo, adoro, espero y amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman. ¡Oh Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo!
Yo te adoro profundamente y te ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los ultrajes con que Él es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón e intercesión del Inmaculado Corazón de María, te pido la conversión de los pecadores. Amén.