Novena a nuestra señora de Fátima

Ofrecimiento para todos los días

¡Oh Dios mío! Yo creo, adoro, espero y amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman. ¡Oh Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo!

Yo te adoro profundamente y te ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los ultrajes con que Él es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón e intercesión del Inmaculado Corazón de María, te pido la conversión de los pecadores. Amén.

Oración preparatoria

Oh Santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de Misericordia, que te dignaste manifestar en Fátima a tres pastorcitos los tesoros de gracia escondidos en el rezo del santo rosario, inspira en nuestros corazones y en los corazones de todos los fieles de Colorado un sincero amor por esta devoción.

Confiados en tu misericordia maternal y agradecidos por las bondades de tu inmaculado corazón, venimos a tus pies para rogarte que escuches nuestras oraciones e intercedas por lo que te todo corazón te pedimos en esta novena:

Que termine pronto la pandemia del coronavirus, y que podamos regresar cuanto antes a la celebración regular de la Misa, con una devoción más fuerte y una fe más intensa en la presencia real de Cristo en la santa Eucaristía, totalmente confiados en su divina misericordia. Te lo pedimos para mayor gloria de Dios, honra tuya y provecho de nuestras almas. Así sea.

Día 1

Oración del primer día de la novena:

¡Oh Santísima Virgen María, Madre de los pobres pecadores! Que apareciendo en Fátima dejaste transparentar en tu rostro celestial una leve sombra de tristeza para indicar el dolor que te causan los pecados de los hombres, y que con maternal compasión exhortaste a no afligir más a tu Hijo con la culpa y a reparar los pecados con la mortificación y la penitencia. Danos la gracia de un sincero dolor de los pecados cometidos y la resolución generosa de reparar con obras de penitencia y mortificación todas las ofensas que se infieren a tu Divino Hijo y a tu Corazón Inmaculado.

Día 2

Oración del segundo día de la novena: 

¡Oh Santísima Virgen María, Madre de la divina gracia! Que vestida de alba blancura te apareciste a unos pastorcitos sencillos e inocentes, enseñándonos así cuánto debemos amar y procurar la inocencia del alma, y que pediste por medio de ellos la enmienda de las costumbres y la santidad de una vida cristiana perfecta. Concédenos misericordiosamente la gracia de saber apreciar la dignidad de nuestra condición de cristianos y de llevar una vida en todo conforme a las promesas bautismales.

Día 3

Oración del tercer día de la novena: 

¡Oh Santísima Virgen María, vaso insigne de devoción! Que te apareciste en Fátima teniendo en tus manos el santo Rosario, y que insistentemente repetías: «Oren, oren mucho», para alejar por medio de la oración los males que nos amenazan. Concédenos el don y el espíritu de oración, la gracia de ser fieles en el cumplimiento del gran precepto de orar, haciéndolo todos los días, para así poder observar bien los santos mandamientos, vencer las tentaciones y llegar al conocimiento y amor de Jesucristo en esta vida y a la unión feliz con Él en la otra.

Día 4

Oración del cuarto día de la novena:

¡Oh Santísima Virgen María, Reina de la Iglesia! Que exhortaste a los pastorcitos de Fátima a rogar por el Papa, e infundiste en sus almas sencillas una gran veneración y amor hacia él, como vicario de tu Hijo y su representante en la tierra. Infunde también a nosotros el espíritu de veneración y docilidad hacia la autoridad del Santo Padre, de adhesión inquebrantable a sus enseñanzas, y en él y con él un gran amor y respeto a todos los ministros de la santa Iglesia, por medio de los cuales participamos la vida de la gracia en los sacramentos.

Día 5

Oración del quinto día de la novena

¡Oh Santísima Virgen María, salud de los enfermos y consoladora de los afligidos! Que movida por el ruego de los pastorcitos, curaste en tus apariciones en Fátima, y convertiste en este lugar, santificado por tu presencia, en oficina de tus misericordias maternales en favor de todos los afligidos. A tu Corazón maternal acudimos llenos de filial confianza, mostrando las enfermedades de nuestras almas y las aflicciones y dolencias de nuestra vida. Echa sobre ellas una mirada de compasión y remédialas con la ternura de tus manos, para que así podamos servirte y amarte con todo nuestro corazón y con todo nuestro ser.

Día 6

Oración del sexto día de la novena

¡Oh Santísima Virgen María, refugio de los pecadores! Que enseñaste a los pastorcitos de Fátima a rogar incesantemente al Señor para que esos desgraciados no caigan en las penas eternas del infierno, y que manifestaste a uno de los tres que los pecados de la carne son los que más almas arrastran a aquellas terribles llamas. Infunde en nuestras almas un gran horror al pecado y el temor santo de la justicia divina, y al mismo tiempo despierta en ellas la compasión por la suerte de los pobres pecadores y un santo celo para trabajar con nuestras oraciones, ejemplos y palabras por su conversión.

Día 7

Oración del séptimo día de la novena

¡Oh Santísima Virgen María, Reina del Purgatorio! Que enseñaste a los pastorcitos de Fátima a rogar a Dios por las almas del Purgatorio, especialmente por las más abandonadas. Encomendamos a la inagotable ternura de tu maternal Corazón todas las almas que padecen en aquel lugar de purificación, en particular las de todos nuestros allegados y familiares y las más abandonadas y necesitadas; alíviales sus penas y llévalas pronto a la región de la luz y de la paz, para cantar allí perpetuamente tus misericordias.

Día 8

Oración del octavo día de la novena

¡Oh Santísima Virgen María! Que en tu última aparición te diste a conocer como la Reina del Santísimo Rosario, y en todas ellas recomendaste el rezo de esta devoción como el remedio más seguro y eficaz para todos los males y calamidades que nos afligen, tanto del alma como del cuerpo, así públicas como privadas. Infunde en nuestras almas una profunda estima de los misterios de nuestra Redención que se conmemoran en el rezo del Rosario, para así vivir siempre de sus frutos. Concédenos la gracia de ser siempre fieles a la práctica de rezarlo diariamente para honrarte a Ti, acompañando tus gozos, dolores y glorias, y así merecer tu maternal protección y asistencia en todos los momentos de la vida, pero especialmente en la hora de la muerte.

Día 9

Oración del noveno día de la novena

Oh Santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de Misericordia, que te dignaste manifestar en Fátima a tres pastorcitos los tesoros de gracia escondidos en el rezo del santo rosario, inspira en nuestros corazones y en los corazones de todos los fieles de Colorado un sincero amor por esta devoción.

Confiados en tu misericordia maternal y agradecidos por las bondades de tu inmaculado corazón, venimos a tus pies para rogarte que escuches nuestras oraciones e intercedas por lo que te todo corazón te pedimos en esta novena:

Que termine pronto la pandemia del coronavirus, y que podamos regresar cuanto antes a la celebración regular de la Misa, con una devoción más fuerte y una fe más intensa en la presencia real de Cristo en la santa Eucaristía, totalmente confiados en su divina misericordia. Te lo pedimos para mayor gloria de Dios, honra tuya y provecho de nuestras almas. Así sea.

Oración Final

¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna! Te suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del Santísimo Rosario de la bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.