Para muchas personas lamentablemente la Semana Santa se ha convertido en una semana para el mundo, para viajar y para descansar. Pero nunca podemos olvidar que recordar que Jesucristo dió su vida por nosotros debería tener para todos un significado muy importante.

 

La Semana Santa es una oportunidad para darnos cuenta de todas las maravillas que rodean a nuestra vida y de que siempre estamos a tiempo para renacer a una nueva vida, así como lo hizo ÉL. 

 

¿Y cómo lograr renacer?. En primer lugar es necesario hacer un buen proceso de discernimiento, evaluarnos, mirarnos por dentro y sacar conclusiones que nos permitan darnos cuenta de qué aspectos de mi vida quisiera y necesito eliminar y qué otros queremos que hagan parte de nuestra vida. Si de pronto hay rencores, necesidad de pedir perdón, urgencia de mejorar ciertos rasgos de nuestra personalidad para lograr convertirnos en mejores seres humanos…¡pues es el momento de hacerlo!

 

Asistamos a las celebraciones, unamos nuestros corazones al de Jesús, oremos y pidámosle a Dios que nos muestre siempre el camino y que sepamos aceptar su voluntad.

 

Nunca es tarde para renacer….¿te sumarías a este reto?. ¡Hagamos que la Semana Santa sea, en realidad, nuestra semana mayor!