El Santo del día
27 de febrero
San Gabriel De La Dolorosa

Cuando regresaba de una cacería se encontró en el camino a un grupo de Camisas Rojas –seguidores del revolucionario italiano Garibaldi–, que pretendía tomarse a Spoleto, pero Francesco Possenti (nacido en Asís, Italia, el 1° de marzo de 1838), sin arredrarse, lo detuvo y disparó su escopeta con tal precisión, que la bala desarmó al jefe; con esta acción temeraria disuadió a los rebeldes y la ciudad se salvó. Ese era el talante de Francesco, un joven que siempre se destacaba por su sonrisa franca, su elegancia y sus dotes de actor y bailarín. Todo esto hacía suponer que sería un hombre veleidoso, pero en su interior, se debatía entre el éxito mundano y una extraña sed espiritual.
Y aunque Francesco Possenti coqueteaba con Dios y le prometía dedicarle su vida, pronto se olvidaba de Él y volvía a sus andadas, hasta que después de la muerte de su amada hermana María Luisa –que reemplazó a su madre fallecida cuando el niño contaba cuatro años–, las dudas sobre su vocación desaparecieron: en la tradicional procesión anual de la Sacra Icona, la antigua imagen de la Virgen –llevada en andas–, se quedó mirándolo fijamente por unos instantes y con inefable dulzura, le dijo: “Tú no estás llamado a seguir en el mundo. ¿Qué haces pues, en él?” Al día siguiente, el 10 de septiembre de 1856 –a sus 18 años–, ingresó al convento de los Pasionistas, en Morrovalle, y cambió su nombre por el de Gabriel de la Dolorosa.
Entregado en alma y cuerpo a la Virgen María, Gabriel de la Dolorosa asumió con tal determinación su nueva vida, que sus compañeros y superiores se quedaban admirados de su devoción y celo: oraba todo el tiempo, realizaba los oficios más humildes, ayunaba permanentemente y sometía su cuerpo a duras penitencias. La dureza de su disciplina al fin cobró su precio: después de recibir en 1861, las órdenes menores, enfermó de tuberculosis y se fue apagando lentamente, hasta que al amanecer del 27 de febrero de 1862, rezando el rosario, Gabriel de la Dolorosa esbozó una sonrisa plena y expiró dulcemente a sus escasos 24 años.
El papa Benedicto XV al proclamarlo santo, el 13 de mayo de 1920, lo designó como el “Santo Patrono de los Jóvenes”. Por eso hoy 27 de febrero, día de su festividad, queremos invitar a todos los jóvenes a caminar junto a san Gabriel de la Dolorosa y vivir como él, aceptando –según sus palabras– que: “La perfección no consiste en hacer cosas extraordinarias, sino en hacer bien lo ordinario”.